El un lugar donde prefiero no acordarme, las personas ciegas las llevan al vestíbulo de la Gran Mezquita, para que pasen el día. Allí rezan, y también reciben peticiones de rezos. Algunos de los ciegos los consideran sabios y se les pide consejo. Un turista estuvo una semana recogiendo consejos. Esta es la historia de los ciegos sabios.

25 julio 2008

Despedida, cierre y dedicatoria

  • Este blog, fruto de una fantasia de verano, termina.

  • Como todo en la vida, cuando algo termina, siempre hay una oportunidad de hacer algo nuevo, diferente, algo que nos permitirá avanzar, si es bueno nos enseña a continuar por este camino, si es malo nos enseña, que por ahí no vamos bien.

  • Se lo he dedicado a Susana, una chica de Madrid, muy maja, y una mujer muy afortunada, porque tiene un marido, Angel, que es una gran persona, y un inspiradísimo mago.

  • Deseo que os haya gustado.

  • Muchas gracias a todos, especialmente a estas personas que no conozco, y sin embargo me han dedicado un tiempo de su vida.

  • Muchas gracias, de todo corazón.

  • Jordi.

Pd. he abierto un nuevo blog, dedicado al problema de la adicción en general, y a la obesidad en particular. Estáis invitados.

http://nosotroslosgorditos.blogspot.com/

http://historiasdemuchopeso.blogspot.com/

06 julio 2008

Mohamed-Simon y yo NOS ENTENDEMOS !!


A 24 horas de las partida a nuestro país, se hacían las cosas un poco rutinarias, lo grande ya estaba hecho, los papeles de Mohamed-Simón (al cual mi esposa ya empezaba a llamarle "hijo") estaban hechos, tramitados y aceptados. Habíamos pagado a todo el mundo para cerrarle la boca, y cuando digo que habiamos pagado a todo el mundo incluyo (incluso) al hijo del conserje del consulado español, al que le dimos un billete de 5 euros para que nos ayudara a convencer a su padre para que, en domingo, llamara al cónsul.
Así que conseguido todo, se empezó a hacer monótono, de vez en cuando alguien recordaba que le faltaba un regalito para un conocido y salía unas horas para comprarlo. Entrábamos en esa fase de aburrimiento donde el turista no sabe que hacer, unas horas que no da tiempo para mucho, pero que si es suficiente como para no hacer grandes cosas.
Pero se lió todo. Hasta convertirse en una recreación de una película de los Hermanos Marx. Apareció una tal Jaqueline, una mediocre y anciana actriz, hija de un famosísimo actor (americano, por supuesto). A pesar de la edad, era una mujer que se conservaba muy bien. Era una mujer menuda, asi que no tenía que arreglar mucho su piel (poca faena para los cirujanos plásticos) para no parecer su edad. Iba vestida de una manera... digamos inteligente... parecía informal, pero todo lo que llevaba puesto era de marca cara.
Jaqueline averiguó que estábamos en aquel Hotel, y vino a buscar lo que consideraba que era suyo, dijo que Mohamed era su novio. Que ella periódicamente viene a pasar unos días con él, y mantiene a toda la familia (ya estamos con el problema de los árabes de clase baja, que por mucho dinero que tienen, lo ahorran, y no se les nota que van bien, lo contrario de nosotros, que vamos fatal, y parecemos ricos). La veterana actriz continuó con su insistente demanda, se quedó mirando fíjamente a mi esposa y le dijo:
"Mohamed antes de tu hijo es mi novio"
Mi mujer no sabía que decir, adoptar un "niño" que ya tiene novia, realmente es algo inusual. Y no cualquier novia, una actriz americana con residencia en Hollywood, concretamente en Selma Avenue, que no es Sunset Bulevard, pero esta muy cerca.
Y aqui nos tienen, todos en una improvisada reunión, en el comedor del hotel. Estábamos todos porque todos estábamos implicados en aquella historia. Mi mujer y yo, a estas alturas, estábamos bastante enfriados del tema de la adopción del Mohamed ese.
Y entonces, pasó lo que tenía que pasar, para que lo que he dicho antes de "camarote de los Hermanos Marx" tenga sentido. Pepita, la única persona que iba sola en el grupo, se levanto y gritó:
"Mohamed y yo, nos entendemos".
Cuando dijo que se entendían, no se referían al idioma, porque su inglés era fatal, se refería a que cada noche, pasaba Mohamed unas horas en la habitación de la Dra. Pepita (médico digestólogo, para mas datos), las horas justas para que nadie se diera cuenta de la jugada. Hay que añadir, que la Dra. Pepita fué la que contribuyó y se implicó más en el arreglo de papeles de Mohamed (llámese sobornos varios). Ahora ya entendimos por qué, porque se "entendían".
Mi mujer me dijo que hasta aquí podíamos llegar, que me había pasado un montón, que por qué me empeño en hacerlo todo tan diferente. Se viaja, se hacen fotos.. se compran regalitos hasta quedarte sin un duro, y ya esta. Pero no, "tu siempre, metiéndote en cosas raras. Ya empiezo a entender porque tu mujer te echó de casa en menos de 5 años."
Pepita defendió lo suyo con orgullo y valentía. En alguna ocasión tuvimos que apartarlas porque estuvieron a punto de llegar a los pelos (en las películas es donde empiezan las peleas entre mujeres).
Ni Pepita, ni Jaqueline estaban dispuesas a quedarse sin Mohamed. Se miraban la una a la otra buscándose el sitio débil, donde atacar, moder, despedazar y liquidar el asunto. Pero ni la una ni la otra encontraban una salida al tema. Se acercaba la hora de comer, mi mujer me mandó a la habitación a buscar la pastilla del colesterol. Salí de allí casi huyendo, que es lo que hago siempre que las cosas me van mal. Dejo que mi esposa solucione el tema. El año pasado, en Egipto, ya hizo lo mismo.
La primera en desmarcarse fué mi esposa. Se desentendió del tema. Lo que le preocupaba era deshacer lo que se había hecho. Más tarde llegó a decirme. "me sentía como adoptar a un gigolo". Así que se quedaron Pepita y Jaqueline discutiendo el tema, sin la menor intención de aflojar cada una lo más mínimo.
Estaba en mi habitación buscando afanosamente mis pastillas para el colesterol (como siempre yo no se encontrar nada sin la ayuda de mi esposa), cuando llamaron a la puerta. Era Mansul, mi guía-guardaespaldas, el cual me estuvo acompañando una semana en mis idas y venidas a la Gran Mezquita.
Quería ofrecerme algo muy bueno, algo único. El patibulo portatil que habían montado en la gran plaza estaba montado para la ejecución pública de dos hermanos gemelos. Toda una experiencia. Me lo vendió muy bien, que si era mucho mejor que la entrevista con "el monstruo" (que lo ví la semana pasada, y cuya experiencia queda escrita más abajo, bajo este título). Valía el doble que el otro, me dijo "ten en cuenta que son dos, o sea que de alguna manera te sale más barato, porque son dos y muy jóvenes". Hasta allí podía llegar la cosa. Me dije que ya basta, y deseé volver a mi ciudad, estar otra vez en la oficina, allí buscando posibles candidatos a la compra de fotocopiadoras.
Mientras tanto las "novias" de Mohamed no se ponían de acuerdo. Ninguna quería prescindir de su compañía. Así que finalmente en una decisión muy salomónica (de alguna manera, Jaqueline se salió con la suya), decidieron que Mohamed se quedaba con su familia. Y aquí no ha pasado nada. Y si alguien quiere que pase que se tome unos días en aquella hermosa y milenaria ciudad. Al final quedaron casi como amigas, hasta rieron y Pepita le dijo "oye, que cuando vengas avisa, que Mohamed no tenga overbooking". Jaqueline le dijo "aunque estemos las dos, Mohamed nunca tendrá overbooking, es muy sabio".
Jolín con la palabra "sabio", si que sirve para designar diferentes cosas.