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Permanecí embobado (mi esposa dice que esta es una de mis más obstinadas habilidades), horas y horas viendo como se fabrican picos. Con extraordinarios certeros golpes de martillo dos herreros iban moldeando un trozo de hierro en el utensilio más preciado en la construcción: el pico, hermano inseparable de la pala. Para que mi ciego no se aburriera, le estuve explicando lo que veía: "Dos hombres trabajan fuera, en la calle, en el suelo. Un ayudante les trae la pieza al rojo vivo, tal como les llega empiezan los martillazos, no hay mucho tiempo, en un minuto (lo estuve comprobando yo mismo), hay que volver la pieza a la fragua para volverla a calentar y hacerla nuevamente maleable. La peor parte se la lleva un niño de apenas 10 años, cuya única labor es estar dentro, de espaldas a todo, montado en una bicicleta, que no anda, insufla aire que va directamente al núcleo de fuego, que ha de servir para calentar el hierro. A mi este niño me dio mucha pena, el otro chaval, más mayor, pues iba de la fragua al puesto de martilleo, iba casi como de paseo, los que martilleaban estaban a plena luz del día, y entre ida y venida de la pieza, podían distraerse hablando o mirando a la gente pasar, pero el niño estaba de espaldas al mundo, frente a una pared imposible de estar más sucia, y pedaleando a ninguna parte. Recordé mis brevísimas etapas de apuntarme a un gimnasio, ponerme delante de una tele y pedalear también a ninguna parte. Que ironía !!! Solo nos parecíamos en una cosa, que yo no cobraba nada por el pedaleo, y él cobraba casi nada por el pedaleo, entiéndase casi nada como la cantidad más próxima a la nada. El niño más delgado ya no podía estar... y yo... a veces pensaba que si no tuvieran clavada aquella bicicleta en el suelo, ésta, ante mi peso, huiría presa de terror". El ciego me preguntó cuál era mi trabajo: Mi trabajo consiste en buscar explicaciones sensatas de por qué las fotocopiadoras que yo vendo, valen el doble que cualquier otra del mercado. Como se puede fácilmene comprobar, todas las fotocopiadoras sospechosamente se parecen, como si todas hubieran salido de una misma cadena de montaje (de hecho yo creo que existe una única fábrica en el mundo, dos a lo sumo). A continuación hago una pequeña lista de argumentos que hacen nuestra fotocopiadoras distintas a las otras, todos ellos argumentos más que suficientes para pagar el doble:
- Trabajan con alegría (no es muy buen argumento, pero lo uso)
- Protegen el medio ambiente.
- Los colores son más brillantes, más nítidos, y más realistas.
- Los técnicos del servicio técnico son ingenieros.
1 comentario:
Me gusta lo de la fotocopiadora. Yo pagaria el doble si señor pero aun podria tener mas ventajas frente a las otras:
- Es la menos pesada del mercado
- Ademas de fotocopiadora hacer las funciones de fax y telefono
- Tiene contandor
- Incluye una password para que la usen las personas que queramos.
- Y lo mejor de todo tienen musica para relajar el trabajo
Un beso y sigue asi
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